Los sabios refraneros populares coinciden en que no hay que menospreciar el poder de los pequeños gestos, porque son los que mueven el mundo. Y he aquí el minúsculo gesto que nos mueve a nosotros: el ciclo de metilación, la magia oculta tras el colosal poder que un humilde átomo de carbono ejerce sobre nuestra salud y estado de ánimo.
La metilación (o la adición de grupos metilo) es el proceso bioquímico que impide que células rebeldes se conviertan en cancerosas, que los neurotransmisores que modulan nuestra conducta y estado de ánimo se desajusten o que el sistema inmune no rinda, al tiempo que protege las neuronas y nos libra de los tóxicos y metales pesados.
Arthur Clarke decía que
la magia es ciencia que aun no comprendemos.
Afortunadamente, los entresijos de esta empiezan a dejarse entender.